Se presentó otro problema. La gente supuso que esto significaba que podía hacer cualquier cosa, siempre que lo confesara. La iglesia se encontró en un dilema. El temor había abandonado el corazón de la gente. La asistencia a la iglesia y sus miembros disminuyeron. La gente se iba a "confesar"
No había duda en eso. Había que encontrar una manera para inculcar de nuevo el temor en el corazón.
Por lo tanto, se inventó el purgatorio.
El purgatorio. Se describió como un lugar parecido al infierno, pero no eterno. Esta nueva doctrina declaró que Dios los haría sufrir por sus pecados, incluso si los confesaban.
Bajo esta doctrina, Dios decretó cierta cantidad de sufrimiento para cada alma no perfecta, basándose en el número y tipo de pecados cometidos. Había pecados "mortales"
Una vez más, la asistencia a la iglesia aumentó. Se hicieron también colectas y contribuciones especiales, porque la doctrina del purgatorio incluía también una forma en que uno podía comprar evitar el sufrimiento.
De acuerdo con las enseñanzas de la iglesia, uno podía recibir una indulgencia especial (una vez más, no directamente de Dios), sólo de un ministro de la iglesia. Estas indulgencias especiales liberaban a uno de sufrir en el purgatorio, que se había "ganado"
Sí. Por supuesto, estas suspensiones del castigo se concedían a muy pocas personas. Por lo general a aquellas que hacían una contribución a la iglesia.
Por una gran suma, uno podía obtener una indulgencia plenaria. Esto significaba no pasar ningún tiempo en el purgatorio. Era un boleto sin parada directo al cielo.
Este favor especial de Dios estaba disponible para muy pocas personas. Tal vez para la realeza y los muy ricos. La cantidad de dinero, joyas y tierra dada a la iglesia a cambio de estas indulgencias plenarias fue enorme. Sin embargo, la exclusividad de todo esto produjo gran frustración y resentimiento entre las masas.
El campesino más pobre no tenía esperanza de obtener una indulgencia del obispo y, por lo tanto, el vulgo perdió fe en el sistema y la asistencia amenazó con disminuir de nuevo.
Ante esta problemática introdujeron las velas de la novena.
La gente podía ir a la iglesia y encender una vela de la novena por las "pobres almas del purgatorio"
No podían hacer nada por sí mismos, pero, al menos, podían orar para pedir piedad por los difuntos. Por supuesto, sería útil si se introducían en la ranura una o dos monedas, por cada vela encendida.
Muchas pequeñas velas ardían detrás de mucho cristal rojo y muchos pesos y centavos se depositaban en multitud de cajas pequeñas, en un intento de "disminuir"
Trsitemente la gente no consideró todo esto un intento desesperado, de una iglesia desesperada, para mantener a sus miembros desesperados por hacer algo para protegerse de ese malhechor que llamaban Dios.